Amo viajar. La gente que me conoce lo sabe muy bien.
Viajar es la unico en el mundo que me da placer ininterrumpido. Solo comparable con un buen momento con amigos, un acto altruista, un caricia o un beso dado de la persona que amamos, o porque no, como una buena jornada de sabanas revueltas, pero eso si, con la diferencia que el placer que yo siento al viajar dura mas que todo esto, incluso en sumatoria. Viajar y perderme en los paisajes y en su gente, implica crecer, conocerse, enojarse, sorprenderse, pero por sobre todo, se trata de crecer, de aprovechar momentos de revelaciones y de ser cada dia mas sabio. Se trata de romper mitos y viejos prejuicios. Se trata de dejarse sorprender y comprender que hay mas del mundo de lo que vemos a diario y de lo que se nos quiere mostrar. Se trata de abrirse lo suficiente como para comprender que personas totalmente desconocidas y de lugares muy remotos (o no) pueden enseñarnos cosas que nos van a quedar para toda la vida, y porque no, que pueden llegar a influenciar de tal manera sobre nosotros mismos que nos hagan comprender de cuantas partes distintas está hecha una misma persona.
Oscar Wilde resume en una frase muy chica algo tan grande, como lo que siento ahora mismo, mientras escribo esta frase en un hostel en Budapest. Cada quien podrá darle la interpretacion que mas guste, yo ya le di la mia.
"A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante."
Martín
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario